Los romanos en América
Barcos romanos en ¿las costas de Norteamérica?
En estos días se recuerda una vez más la llegada de los españoles a América, el 12 de octubre del año 1492, encabezados por el marino Cristobal Colon que desembarcó en una de las islas de las actuales Bahamas y tomó contacto con habitantes de la tribu taíno. Pero hoy en día sabemos que no fueron los primeros en llegar a América desde el Viejo Continente: los noruegos del mítico Erik el Rojo habían llegado a levantar la colonia de Vinland en la isla canadiense de Terranova, alrededor del siglo IX. Ahora, según recientes descubrimientos, tenemos evidencia de que quizás tampoco los vikingos hayan sido los primeros europeos en pisar tierras americanas.
Quizás ni Colón ni los vikingos hayan sido los primeros en América
En el 2015, el investigador Jovan Hutton Pulitzer, junto a su equipo de expertos, publicó el hallazgo de restos de un navío romano del siglo I después de Cristo. Entre estos restos se cuenta monedas de oro cartaginesas, un silbato perteneciente a un legionario, el pedazo de un escudo de un soldado romano y una espada ceremonial. El hallazgo se produjo en la misteriosa isla Oak (Roble), en la costa atlántica de Canadá. Desde el siglo XVIII esta isla ha sido escenario de innumerables búsquedas de tesoro, ya sea persiguiendo supuestos pozos lleno de tesoros por piratas, ruinas de la armada británica, huellas de la presencia de caballeros templarios o leyendas de lugares místicos de los habitantes originarios de estas tierras. Una de las busquedas mas celebres fue la que se llevó a cabo en el reality show "Curse of Oak Island" de History Channel. En el marco de este show entra en escena Jovan Pulitzer y su gente. Hasta ahora, todos los que buscaban tesoros han vuelto con las manos vacías.
La misteriosa isla Oak
En esta oportunidad, el equipo de Pulitzer recuperó distintos objetos que, si bien muchos habían sido encontrados el siglo pasado, nunca nadie los había reunido para formular una explicación. La espada encontrada contiene rastros de arsénico y plomo, presente en todos los trabajos metalúrgicos de los romanos y que no deja duda sobre su origen. El diseño también es típico de las armas que se usaban en procesos religiosos.
Espada encontrada en la isla Oak, con el detalle de la empuñadura
Pero los objetos encontrados en la isla Oak no son la única evidencia de presencia romana. En paredes rocosas de la isla de Nueva Escocia, vecina a Oak, los habitantes originarios de la etnia Mi'kmaq inscribieron dibujos que tienen una perturbadora similitud con la imagen de soldados romanos. Muchas personas de este mismo pueblo presentan en su ADN ciertos marcadores genéticos de origen mediterráneo, algo totalmente inexplicable tratándose de un pueblo originario de Norteamérica. Pero la evidencia biológica no termina allí: en la vegetación de la isla Oak se ha encontrado presencia de una especie no autóctona y muy invasiva, la Berberis Vulgaris. Lo particular de esa planta es que era usada por los romanos muy frecuentemente para condimentar y conservar su alimento en largos viajes marítimos.
En lo que es la navegación, los romanos fueron marinos competentes y heredaron todos los conocimientos de los pueblos griegos y fenicios. Aún así, en la mayoría de los casos, solo realizaban navegación de cabotaje, es decir, solo navegaban teniendo un contacto constante con la costa. Navegaban con velas cuadradas y sirviéndose del viento a veces, pero la velocidad y lo impredecible de los vientos hacía de esta una opción riesgosa. Las marinas mercantes y la armada romana atravesaban todo el mar Meditarraneo, el Mare Nostrum como le decían. Pero al aventurarse a tierras desconocidas, la navegación era una tarea muy difícil, como lo demostró los primeros intentos de conquistar las islas Británicas, cuyo fracaso se debió a la dificultad de atravesar el mar que separaba a las islas del continente. También, los conocimientos para la navegación en alta mar se limitaban al uso del escandallo (una especie de plomada) para medir el fondo del mar, la observación del vuelo de las aves y algunos rudimentos de observación astronómica.
Representación de una galera romana. Tomado de artehistoria.com
De acuerdo a la hipótesis de Pulitzer, es posible que un barco romano de la temprana época imperial haya naufragado en la isla Oak. Más allá de las evidencias, resta saber cómo fue que estos navegantes mediterráneos terminaron en la actual Canadá. Y quizás también podamos a aventurarnos a imaginar que aspecto habría tenido un posible asentamiento romano en estas tierras y, quizás, solo para ejercitar la imaginación, pensar como se vería una colonia romana, un imperio transcontinental en la antigüedad. Es posible que el choque entre las culturas americanas y europeas haya terminado de la misma forma que la conquista española: muerte y fuego. Y sabemos que los romanos se caracterizaban por su afición al derramamiento de sangre.
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