Enemigos de Roma: la Liga Latina
Los mismísimos vecinos de Roma se enfrentarán con la Ciudad Eterna en una desesperada lucha por el poder político, pero esta no era la primera vez que chocaban ¿De dónde salió esta Liga? ¿En qué consistía? ¿Quiénes eran los latinos? ¿Qué reclamos tenían ante Roma?
Las primeras menciones de los latinos datan del primer milenio antes de Cristo, donde el poeta griego Hesiodo comenta la existencia de un pueblo en la península itálica, del lado del mar Tirreno, gobernado por el rey Latinus. Este rey, supuestamente era hijo del mítico héroe Odiseo (Ulises para los romanos) y de la bruja Circe. Varios autores griegos también mencionan el reino de Latino en algún lado de la península itálica. Actualmente existen hallazgos que indican la presencia un pueblo minoritario en la región del Lacio (centro-oeste de Italia) que sería la base para el poblamiento de Roma, pero sus orígenes siguen siendo un misterio. Donde mas clara aparece la existencia de Latino y su pueblo es en la Eneida, el poema épico de Virgilio, donde se trata de sintetizar y adaptar su historia con la mítica historia de la fundación de Roma. En ella, Eneas, el héroe troyano, pasa a hacerse cargo de la unión entre latinos y troyanos. Resulta una interesante metáfora: el pueblo romano se funda con descendencia de los latinos pero con ciertas distinciones, como la estripe troyana. A la vez, en este poema, la figura del rey Latino pierde importancia una vez que Eneas toma el mando, de la misma forma que las comunidades latinas quedan en segundo plano ante el ascenso de Roma.
La Liga aparece por primera vez hacia el siglo VII a.C., como una reacción de los latinos contra el poder etrusco. Los latinos eran principalmente pobladores rurales, pero existían algunos rústicos centros urbanos. Formaron una confederación encabezada por Alba Longa, una ciudad supuestamente fundada por los descendientes de Eneas y de la hija del rey Latino, Lavinia. Además de Alba, se cuenta que la liga sumaba a los pueblos de Lavinio, Tusculum, Setia y mas de veinte otros poblados. En primer lugar esta alianza fue establecida para luchar contra el avance etrusco, el cual lograron detener en el pueblo latino de Aricia, miembro de la Liga. La primera vez que van a la guerra contra Roma es durante el reinado de Anco Marcio, el cuarto rey romano. En aquella oportunidad, la ciudad de Alba Longa fue destrozada y se afianzó el liderazgo de Roma en esta alianza. Mas tarde, durante el mandato de Tarquinio el Soberbio, el rey utilizó medios fraudulentos para afirmar el pacto con los latinos para que estos enviaran tropas cuando Roma lo pidiera.
Uno de los puntos mas fuertes de la enemistad entre la Liga y Roma fue después del derrocamiento de Tarquinio el Soberbio, en los primeros años de la República. Luego de que la invasión de Lars Porsena haya dejado desorganizados a los romanos, la Liga Latina intentó dar su golpe. Todo se definió en la batalla del Lago Regilio. Los hijos de Tarquinio estaban presentes, capitaneando parte de las fuerzas latinas y cuenta la leyenda que el mismísimo Tarquinio Superbo, ya un anciano, montó en caballo hacia la lucha. Cuando fueron derrotados por los romanos, la Liga Latina se vio obligada a firmar un pacto de increíble importancia: el foedus Cassianum. Tiempo antes, los romanos afirmaban que todo el territorio del Latium les pertenecía, lo cual ofendía a los latinos. En este nuevo tratado reconocían al resto de los pueblos latinos como iguales. A partir de la firma del foedus, en el 493 a.C., se pactó que romanos y latinos estarían unidos en la defensa de la región, que ambos aportarían tropas para esta defensa, que todo territorio conquistado por alguien de la comunidad debería ser colonizado en conjunto y que siempre se repartirían el botín de guerra equitativamente. Además, se afirmaba que los latinos tendrían ciertos derechos dentro de la ciudad de Roma, como el derecho a comerciar y a contraer matrimonio con gente de la ciudad.
Pero todo esto no impidió conflictos posteriores. Primero la frecuente lucha con los volscos y luego de la invasión de los galos, llevaron a que la alianza entre romanos y latinos se debilitara por un décadas y estos dejaron de aportar las tropas que Roma necesitaba. Después de algunas disputas territoriales y batallas menores con algunas comunidades latinas, se volvió al estatus quo del foedus Cassianum. Pero los latinos estaban disconformes con el trato que dispensaban los romanos y sentían que la igualdad con Roma estaba lejos de ser una realidad. El golpe final se daría durante la Guerra Latina, entre el 340 y el 338 a.C., que sellarían el destino de los latinos por siempre.
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